Los mandalas pueden definirse como una representación simbólica personal sobre la percepción del universo. Mediante el uso de patrones simétricos se alude a la continuidad reflejada en un círculo que representa el todo.
Los mandalas provienen en su forma actual del Oriente. Sin embargo, se atribuye el uso de figuras similares a culturas de otros continentes.
Indiferentemente de la cultura, estas figuras no deben ser consideradas representaciones o herramientas de tipo religioso. De acuerdo con el pensamiento hindú, estos simbolismos son solo un método para alcanzar un estado de paz interno.
Los mandalas y su poder terapéutico
Vistos desde otro punto, los mandalas con el paso de los siglos se pueden considerar como un método de comunicación. A través de las figuras y los colores utilizados para cada diseño se crea un mensaje que permite transmitir todo tipo de emociones. Igualmente, son creados con la finalidad de contar alguna historia o acontecimiento.
Además del valor estético que se les da a estas figuras, dibujar mandalas ayuda a un mejor entendimiento de nuestro pensamiento y estado emocional. Distintos patrones y colores dibujados dentro del círculo pueden ser interpretados fácilmente.
Se reconoce que el esfuerzo realizado al dibujar estas figuras puede ser terapéutico, ya que estos patrones apuntan a la concentración mental. El impulso o estímulo creativo necesario para hacer los patrones libera paulatinamente el estrés, enfocando la mente a nivel consciente e inconsciente.
Beneficios para la salud
Así como otras manualidades, los mandalas permiten liberar la tensión y aligerar las cargas emocionales. Todos sus beneficios están enfocados en la salud y el bienestar mental, entre los más importantes podemos mencionar:
- Reducción notoria del estrés.
- Disminuye la ansiedad, lo que permite mantener la calma y paciencia ante situaciones estresantes o problemas.
- Entrena la mente para buscar soluciones y respuestas.
- Aporta flexibilidad en cuanto a ideologías personales y a las aptitudes propias, es decir, permite ver el mundo de varias formas.
- Mejora el uso de ambos hemisferios del cerebro, trabajando de forma equilibrada.
- Estimula la capacidad de memorizar.
- Ayuda con la gestión de emociones al ser un mecanismo de desahogo.